De forrajería de pueblo a centro de innovación
Empezó distribuyendo insumos, luego instaló una planta de alimentos balanceados y un feedlot de hotelería, y avanzó en investigación y desarrollo junto a organismos públicos y empresas del sector. “Modernizar la ganadería es también responsabilidad de las pymes”, dice Roberto Guercetti, CEO de Conecar.
“Inauguramos la planta de balanceados y el feedlot de hotelería en 2001, plena crisis, y hoy engordamos 11.000 animales de los cuales 2.000 son propios. Con ellos hacemos investigación, creando y validando productos y sistemas para mejorar la eficiencia ganadera. La inversión permanente y la vinculación con empresas y organismos públicos, nos permiten innovar y agregar valor”, dijo a Valor Carne Roberto Guercetti, al frente de Conecar, una pyme santafecina que provee insumos y servicios a la cadena cárnica y apunta a institucionalizarse como centro de I+D de cara a 2020.
De espíritu emprendedor, el empresario comenzó la actividad con una forrajería de pueblo en Carcarañá. “Vengo de una familia rural, no teníamos campo, mi padre era mediero. A los 18 años repartía insumos en una chata. Después comencé a producir alimentos balanceados de calidad, en pequeña escala, para ganaderos locales”, contó Guercetti, refiriéndose a los orígenes de la división nutrición animal, que se coronó con la construcción de una fábrica en el área industrial de la localidad y luego otra en Córdoba. ¿El feedlot? “Ahí, también comencé de abajo, arranqué con diez animales. Vimos que era negocio, lo empezamos a desarrollar y creamos la hotelería “, agregó, resaltando que se trata de uno de los establecimientos más modernos de Sudamérica.
Marcando tendencias
La evolución de Conecar es en cierta medida indicativa de las grandes tendencias en la industria del feedlot argentino, en el escenario desafiante de los últimos 15 años.
“Hubo que hacer consumo por más de una década, hasta comienzos de 2016. Ahora, veo con muy buenos ojos que tengamos un 30% de ocupación de novillos de exportación. Calculo que el año que viene llegaremos al 50%. O sea que en sólo cuatro años habremos pasado del 100% liviano a mitad consumo y mitad exportación. Si bien son los números de un feedlot, somos referentes en ese sentido”, planteó Guercetti.
Además, se registró un incremento del peso de faena de la hacienda de consumo. “Más allá de la medida grosera que bajó el peso mínimo de las terneras, la realidad es que los animales que hasta mediados de 2017 salían de nuestros corrales con 300 kg promedio, pasaron a 340/345 kg a comienzos de 2018, un incremento del 15%”, aseguró.
Otra tendencia positiva, según el empresario, es que la industria procesadora está ingresando fuertemente en los feedlots, sea construyendo instalaciones propias o mediante hotelería. “Lo importante es que los dueños de los animales son los frigoríficos, algo que contribuye a que la actividad se consolide. Si en algún momento, como ahora, con maíz caro, no se gana con el engorde, se obtienen beneficios comerciales y eso hace a la sustentabilidad del negocio”, señaló. ¿Proporción? “El 80% del pesado que tenemos encerrado pertenece a frigoríficos o matarifes. En algunos casos, la industria financia el alimento, pagando los kilos producidos en Conecar, con un compromiso de venta a futuro. O sea que si algún productor no puede hacerse cargo del costo del engorde, el frigorífico le dice ‘no te pago nada por ahora’ y luego, al momento de la faena, le liquida el total”, explicó.
Las alianzas entre empresas que buscan sistematizar sus operatorias son otra tendencia significativa del despegue sectorial. “Por ejemplo, Copra S.A. tiene un compromiso con nuestra firma y con ArreBeef. Entonces, nosotros les reservamos corrales de engorde y de ahí los animales van al frigorífico. Con Aceitera General Deheza también tenemos un acuerdo de este tipo. Hay previsibilidad, que no es poco en una cadena de ganados y carnes que se manejó al azar durante años”, puntualizó.
¿Lo que viene? “Todo indica que vamos a un consumo más pesado, pienso que llegaremos a unos 360 kg promedio y a un gran porcentaje de novillos de exportación en los corrales, con lo cual también ganará peso la recría, sobre todo en zonas extra pampeanas”, indicó. Y siguiendo con los ejemplos anteriores detalló: “Aceitera General Deheza recría en Formosa y Santiago de Estero, y Copra lo hace en Corrientes. Está buenísimo, se aprovecha el pasto del interior profundo y los cereales pampeanos. El país va tendiendo a una lógica, después de muchos años”.
Centro de I+ D
Más allá de posicionarse como referente en la industria del feedlot, Guercetti siguió avanzado en la innovación. “A mí me gusta hacer cosas nuevas, superar marcas. Así, fue como iniciamos la investigación y desarrollo (I+D) en nuestro corrales”, comentó.
El primer paso se dio en 2005, cuando se prohibió la faena de animales de menos de 300 kg. “La resolución nos agarró engordando terneros de poca edad. Eso nos motivó a probar la alimentación restringida y logramos reciclarlos para cumplir con las exigencias. De este modo validamos la recría a corral con este tipo de técnica”, recordó.
En 2010, aún con los efectos de la sequía, participaron del desarrollo del Macho Entero Joven (MEJ) con Quickfood-Marfrig y el Ministerio de Agroindustria. “Por primera vez, trabajábamos con una empresa trasnacional y con el Estado, y logramos cambiar un paradigma centenario. Se creó una nueva categoría de faena que mejora la eficiencia de conversión en un 13%”, relató el CEO. Y continuó: “eso dio pie a acercarnos al INTA Castelar para hacer ensayos, midiendo gases de efecto invernadero en nuestros corrales de engorde”.
A partir de ahí se desarrolló una línea de trabajo para la validación de productos innovadores en producción bovina. “Con Vetanco testeamos Ambiflud, un larvicida revolucionario para el control de moscas. Lo probamos en nuestro ganado, medimos la performance y cobramos un royalty por el servicio”, afirmó. Ahora con DSM, una firma global de nutrición y salud, están ensayando productos orgánicos que podrían reemplazar a la monensina para mercados exigentes. “Es un desarrollo que requiere mediciones muy finas. En eficiencia de conversión 0,5% es mucho”, aseveró.
¿Qué se monitorea? “Los clientes fijan los parámetros que necesitan validar. Por ejemplo, que el nuevo producto no deje secuelas o anomalía, que la conversión no se modifique o mejore, que no queden residuos en la carne, que no varíen los parámetros organolépticos, que los costos sean viables. Tenemos un equipo de profesionales en I+D, personal de campo entrenado y equipamiento de gran precisión”, respondió. En ese sentido, prosiguió: “somos el primer feedlot certificado con la norma ISO 14001, que apunta a la sustentabilidad; y en agosto está previsto lograr la ISO 9001 sobre gestión de procesos”.
La próxima novedad de Conecar serán las balanzas de peso continuo. En estos días, se están ultimando detalles con una firma alemana, Bosch, para instalarlas en los corrales de investigación con el asesoramiento del INTI. “Se ubicarán entre los comederos y bebederos. Los animales tendrán que pasar sí o sí de un lado al otro y, entonces, habrá pesadas permanentes. Los clientes desde sus oficinas podrán conocer los datos de sus animales en tiempo real. Bosch presentará un prototipo en Palermo y tendremos dos operando, aquí, en Carcarañá”, reveló. Y subrayó: “eso nos dará mayor precisión en los ensayos, seremos pioneros en esta tecnología en el país”.
Finalmente, refiriéndose al posicionamiento de Conecar como centro de I+D, Guercetti destacó que “la vinculación con grandes empresas es fundamental porque no sólo hacen aportes económicos sino que brindan prestigio y llegada al mercado”. Sin embargo, también resaltó el rol de las pymes en la innovación: “debemos aprovechar nuestros conocimientos, creatividad y pasión para contribuir al futuro de la ganadería”, concluyó.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Fuente: ValorCarne