La Nueva Ganadería en una Argentina Renovada.
Nuestro país avanza en la normalización institucional y apertura comercial al mundo. La ganadería, emblema histórico de las pampas, se prepara para ser protagonista junto al agro y la industria. La economía circular se encuentra en todo su potencial.
Nuestro país inició una nueva etapa a partir de diciembre de 2016. Hasta entonces, aislada del mundo, sin rumbo, Argentina tenía un destino incierto. En menos de 2 años, la nueva administración nos puso –otra vez- en la pista principal. La ganadería ha sido la gran beneficiada, dada la reapertura de los viejos mercados y la previsibilidad para buscar nuevos.
Argentina presentó sus nuevas credenciales que lo acreditan como jugador excluyente en el escenario mundial, principalmente en materia de alimentos, energía, ciencia e innovación tecnológica. Los “brotes verdes globales” se comienzan a ver en el horizonte. El mundo demanda proteínas y Argentina tiene las mejores condiciones para producirlas en calidad y cantidad.
Hoy, junto a las buenas noticias internacionales, se le suman las domésticas. Acuerdos con las provincias, descenso de la inflación, quita progresiva de retenciones, plan de obras de infraestructura, energías renovables, créditos blandos, además de innumerables acciones inteligentes que se sustentan en hechos reales. También medidas regionales, a sabiendas de la extraordinaria importancia de Argentina sumando a Brasil, Uruguay y Paraguay, en materia de agro alimentos.
El mundo demanda proteínas y Argentina tiene las mejores condiciones para producirlas en calidad y cantidad
A priori, en el escenario mundial; China manda. Es el país con mayores reservas, el mayor inversionista a nivel global, con la mayor demanda de insumos e incluso, el poder adquisitivo de su población nivelará –exponencialmente- hacia arriba en los próximos años.
Este Gigante Asiático, es socio logístico natural de otra nación emergente al mundo occidental, ya que junto a India, sumarán más del 70% del consumo mundial. Las inversiones chinas en Argentina son imprescindibles para salir del letargo de los últimos 50 años. Consolidan una relación internacional, que garantiza una estabilidad racional por los próximos 20 años.
La creciente demanda global de proteínas cárnicas, centradas en Asia, crecen de forma dinámica. En virtud de ello, la ganadería junto al agro y a la industria, forma un tridente productivo extraordinario. Nuestro país se prepara para ser protagonista en el escenario externo, integrando los eslabones de la cadena agro- pecuaria- industrial y comercial.
En este contexto, tenemos la mejor carne del planeta. Todos los satélites se encuentran alineados para producir la calidad ya reconocida, con un aumento progresivo en volumen, limitado solamente por la lógica de los tiempos de reproducción y engorde.
La ganadería moderna, aliada del agro y de la industria, genera un círculo virtuoso que los principales referentes denominan “economía circular” (Fernando Villela).
La misma fue posible –entre tantas variables- por la irrupción del feedlot. Con él, la ganadería unió 2 eslabones determinantes para la economía del país; el agro y la industria.
Esta complementación generó un fenómeno de desarrollo extraordinario, que incluyó a la producción de biocombustibles y el aprovechamiento de toda materia prima y subproducto que se cursara en zona de corrales.
La economía circular fue posible, gracias a la irrupción del feedlot
Los feedlots, iniciados en los años ‘80/’90, despegaron en 2000 y se consolidaron en a partir de 2010. Sin duda, el corral es jugador clave en la llamada “Ganadería de Precisión”.
La tecnología y el manejo que se aplica en los corrales emulan a la industria avanzada. Información instantánea, previsibilidad, estandarización de procesos en tiempos y formas, alta eficiencia, son las credenciales de los feedlots, modelo a seguir por los eslabones de cría y recría.
La necesidad de aumentar el peso de faena pone en foco la recría, olvidada en la última década cuando los corrales engordaban terneros de menos de 300 kg.
Parte del Cambio. Sin duda, el sistema de engorde a corral es parte de la transformación y vinculación virtuosa de todos los eslabones, en regiones distantes a puertos.
El corral transforma cereal en carne, agrega valor en origen, reduce fletes, incluso puede cerrar circulo con consumo local. El corral genera subproducto para la industria alimenticia y de los biocombustibles. El corral convierte energía en proteína, agrega valor, genera trabajo y desarrollo.
Vincula al campo y la industria en el proceso productivo y vuelve a relacionar a la industria en la faena y comercialización. Es parte importante en la nueva economía, de una nueva Argentina. Es necesario estar preparados para escenarios favorables, pero exigentes. Una nueva Argentina que reclama nuevos empresarios, capaces de comprender la importancia de la eficiencia, de hacer más con menos.
Vivimos una etapa de cambios, no solo nacionales, sino también globales que nos sorprenden día a día. Hay que estar preparados. Eso hace la diferencia.
Por Roberto Guercetti
Presidente / CEO Conecar
Publicado en Horizonte A, Abril 2018