Carne Charrúa con pasaporte argentino
Después de 18 años, la firma Conecar de Carcarañá logró el ingreso de ganado uruguayo a nuestro país, con el objetivo de incorporar nuevos conceptos de nutrición, investigación y desarrollo sobre una tropa de hacienda que será terminada, industrializada y comercializada de Argentina.
“De a poco, Argentina comienza a salir de un letargo o intercambio dormido en la vinculación internacional de todos sus procesos productivos”. La observación corresponde a Roberto Guercetti (Conecar), que anticipa un intercambio tecnológico e innovación ganadera sin precedentes para los próximos años.
Muchos de ellos, vendrán desde la investigación y desarrollo, aunque según este empresario gran parte está relacionado al ingreso de la actividad pecuaria en un esquema de precisión similar al de la agricultura.
“Nosotros estamos avanzando en tecnologías precisas. En poco tiempo incorporaremos productos naturales que remplazarán el uso de antibióticos, tomando una previsión y adelanto de los nuevos protocolo para la ganadería del año 2020. Por otra parte, queremos cerrar un convenio con una firma alemana (Bosch), para la incorporación de sistemas de medición y balanzas de peso continuo que modernizarán la funcionalidad de los corrales y serán nexo de herramientas digitales inmediatas, de alta precisión y funcional a las tecnología e inteligencia artificial”.
Hace unos días, esta empresa santafesina logró abrir el calendario ganadero del 2018, con un hecho significativo, ya que después de casi 2 décadas consiguió ingresar a nuestro país un plantel 150 terneros del grupo ganadero Faniland (Paysandú – Uruguay) con un peso aproximado a los 200 kilos, que tienen como objetivo la generación de agregado de valor en todo el proceso de engorde y terminación.
“Es una integración entre dos naciones, que buscan eficiencia en su ganadería. Al mismo tiempo, un paso adelante que va a terminar nucleando a los granos, los procesos de nutrición, el transporte, la cadena de frío y la industria frigorífica que formarán parte de un resultado final de significancia. Pasa por llevar esos animales a un peso de 500 kilos en Argentina”, subrayó Guercetti, agregando que de 1998 no sucedía esto.
El empresario, resaltó este circuito inverso al reconocer que si bien seguimos exportando granos sin ningún tipo de valor agregado, hay algunas experiencias que apuntan a la reversión.
“No tiene sentido enviar un buque de cereales, para traer al país una lancha de teléfonos celulares”, ironizó el analista ganadero agregando que el desafío es ir sacando de a poco una nueva credencial desde Argentina hacia el mundo.
Prontuario. Desde hace una década y de manera creciente, Uruguay cuenta con un rodeo que fluctúa entre 11 y 12 millones de cabezas de hacienda vacuna. También, se destaca por un esquema de exportación muy afianzado debido a su continuidad y confianza de los mercados internacionales. Comparado con Argentina, representa el 20 % del stock de nuestro país, que alcanza una cifra cercana a las 60 millones de bovinos.
Estas diferencias claras por una simple cuestión geográfica y de territorio, son al mismo tiempo, una herramienta de integración y vinculación por las cercanías, que en muchas regiones de ambas naciones, no superen los 500 kilómetros.
Uruguay sabe que Argentina cuenta con materia prima para producir kilos de carne en un rango de precios muy competitivos y reconoce la existencia de una capacidad ociosa de nuestro país, en los establecimientos de engorde a corral o feedlot.
Por ahora, la mano de obra calificada de toda la Cadena Agroindustrial Argentina, se presenta como una muy buena oportunidad para varios países del Mercosur o vecinos.
“Potenciar la integración es dar vuelta la historia. Es cambiar, innovar y pensar una ganadería diferente”, remarco Roberto Guercetti, director General de Conecar.