Adaptarse a los cambios para no morir en el intento- Por: Roberto Guercetti – Conecar. Consultora

Adaptarse a los cambios para no morir en el intento- Por: Roberto Guercetti

El productor tendrá que acomodarse frente a muchas variables que se presentan frente a una carrera que ya está empezada.

Si es cierto que el corral muy pocas veces cerró como único eslabón de la cadena, en los últimos meses la situación empeoró de forma exponencial, provocando quebrantos reales en las ecuaciones económicas del sector.

El engorde a corral basa sus resultados en tres variantes bien marcadas. Una es el costo de invernada, la otra el valor de los insumos para engorde y, por último, se ubica el precio del gordo. Como mínimo, una de las tres debe ser favorable.

El aumento excesivo de los insumos, cereales y subproductos, puso el costo de kilo producido entre un 15 y un 20 % por encima del precio de venta del producto final. Entonces, la invernada -por encima del precio del gordo-, tenderá a consolidarse por los próximos meses en función de una lógica estacional, fuera de zafra.

Estas dos ecuaciones negativas hacen nuevamente inviable el negocio del corral. El valor del gordo tiene la llave de salida, sin embrago las perspectivas no son alentadoras en lo inmediato, por lo menos en el consumo interno.

La realidad indica que el portón principal, lo abre la exportación. Con un dólar valuado, al novillo le cabe el diferencial de precio que necesita el productor, que a partir de 2019/20 debería trasladarlo en parte, para el equilibrio de los eslabones.

A PASTO. Los sistemas silvopastoriles son una opción para capitalizar resultados frente al cambio de variables de la ganadería.
Entonces, el novillo pesado resuelve la encrucijada. Si la invernada es cara, hay que hacer más kilos por animal, no quedan dudas. Sobre todo cuando los precios del novillo tienden a igualar y pueden llegar a superar el valor del liviano.

“Debe modificarse la ecuación del kilo producido. Es necesario ver cómo producir los kilos de recría a un menor costo posible, algo que parecía resuelto con los silos tolvas, que en los últimos cinco años parecían ser parte de la solución y sin embargo hoy están sin uso al costado del potrero”.Sin embargo, la variable tampoco cierra por ahí.

No hay subproductos, ni cereales, ni balanceados, que puedan convertir insumos dolarizados en carne todavía barata en valores nominales.

Los cambios en las reglas de juego, son bien conocidos por el campo argentino. De hecho la agricultura tuvo que adaptarse a confiscaciones groseras, como aquel emblemático resultado que indica la entrega de 1 camión en impuestos y retenciones por cada 3 producidos. A pesar de todo, la creatividad del productor agrario y el aporte de la ciencia, innovaron hacia la siembra directa.

La ganadería se encuentra en una situación de quebranto en el eslabón que más creció y se tecnificó en las 2 últimas décadas. El productor ganadero tendrá que adaptarse a nuevos escenarios. Innovar es la clave, y quizás esta estrategia no signifique inventar algo, sino – por el contrario- solo volver a los orígenes.

El pasto indica que hay que producir kilos baratos, porque la invernada es relativamente cara. Para que no se resienta un eslabón indispensable y la rueda gire, el empresario pecuario debe interpretar que los insumos están dolarizados y es posible que no se den cambios favorables durante un tiempo.

Recriar a campo, producir kilos a pasto, es una opción superadora. Argentina tiene extensión de tierras productivas, agua y clima sub explotados.

Hay regiones capaces de generar kilos de carne al 50 % del costo de producirlo en corral. “Es como pasar de nafta a gas, como pasar de iluminación tradicional a sistema de LED.

Resulta totalmente viable hacer el 70% de los kilos a campo, y el 30% a corral. Así, el resultado económico cambia totalmente.

Adaptarse no significa abandonar por completo los sistemas anteriores, es posible que en algún momento vuelva el silo autoconsumo, haya sobreoferta de subproducto de la industria, o suceda algún otro fenómeno típico de nuestro querido país. Tal vez, vuelvan a cambiar las reglas de juego.

Entiendo y comparto, que sería más simple y más fácil buscar un culpable o pedir la solución desde donde sabemos que no va a llegar. Por el momento bajaran las cargas fiscales a la producción y no habrá regulaciones que equilibren la cadena. Solo se necesita observar la lechería para entender la inequidad de los eslabones, obviamente soportada por el productor primario.

La recría a pasto, no solo es una salida que resuelve –parcialmente- la ecuación económica. También es parte de una lógica que acompaña a la próxima ganadería; moderna, tecnificada, que se adapte a estos nuevos tiempos y a mercados.

A pasto no es largar las vacas al campo. A pasto, significa capitalizar zonas sub explotadas, forrajes conservados, sistemas silvopastoril, riego, fertilización natural.

Producir donde ahora no se produce. Generar valor agregado. Adaptarse a los cambios o crearlos de ser necesario. Esa es la fórmula.

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